Artículo
Opinión
09/06/2012
La motivación
motor de arranque hacia el progreso.
“Cuando
se logre que los involucrados en el proceso de enseñanza, vinculen la realidad
con la enseñanza, se logrará motivar generando interés y amor por lo que se
aprende”
Mariela Barrientos Cordero
Docente de Enseñanza Primaria
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La motivación
es sin lugar a duda, un motor que despierta, indica, mantiene y fortalece el comportamiento
de una persona según el objetivo que desea alcanzar. A lo largo de la vida, se demuestran
puntos de satisfacción, que inducen a actuar experimentado deseos, sentimientos
y emociones, siempre y cuando existan
las condiciones que así lo permitan. Lo anterior, logra así una guía para alcanzar metas, que
generan la satisfacción plena, condicionado por circunstancias externas que van
modificando este sentimiento. Se podría decir, que para que la motivación se dé
plenamente, existen tres aspectos, que integrados logran un resultado
gratificante, los que corresponden a los emocionales, los que nos determinan si
son voluntarias o involuntarias y la parte cognitiva como complemento trascendental.
Se dice que la motivación es un reflejo de la realidad y una expresión de la
personalidad de casa individuo, por lo que evidentemente el papel del medio y
la actitud, son los ejes de la motivación de cada ser humano.
Dentro
de los procesos de enseñanza aprendizaje, es indispensable la existencia de un
clima motivador, con bases empáticas y
de confianza, lo cual va generando en los grupos una contribución e interés por
lo que se está desarrollando. Es indispensable la comodidad, la expresión de
ideas, compartir experiencias, analizar creencias y entre muchas más, la utilización
de metodologías de juego, para que este proceso sea enriquecido, más allá de lo
esperado. De aquí la importancia de generar como profesores, climas que
propicien estos aspectos, sin embargo, sabemos que hoy la realidad se queda un
poco atrás.
Realizando un breve recorrido a lo largo de
la implementación hoy, de nuestros
sistemas educativos, la mayoría de profesores no marcan como urgente el aspecto
de la motivación, e incluso en el siglo XXI, algunos de estos desarrollan sus
clases con metodologías tradicionalistas, las cuales no dan prioridad ni conciben
la importancia de estimulación de sus estudiantes. Es por esta razón que se
pierde el interés, se ausenta la participación de los implicados, no hay
responsabilidad por el cumplimiento de asignaciones, se empieza a reducir la dedicación
aludiendo a que es por falta de tiempo, se hacen sobreesfuerzos innecesarios, acuden a
la realización de tareas fáciles y por ende se da el mínimo esfuerzo, dando
como resultado la deserción.
Probablemente, la falta de motivación académica
de los y la estudiantes actualmente, se ha convertido con el paso de los años
en un punto importante para explicar muchas de las problemáticas que se viven
en el sector educación. Y es que el estar desmotivado puede ser incluso una
consecuencia de la misma transformación social en la que estamos inmersos día a
día, y que el sistema no ha logrado cubrir como necesidad. Es por esto que si deseamos estimular a
nuestros estudiantes e incluso a nosotros mismos, es indispensable relacionar lo
que se pretende enseñar con lo que está en el mundo, dándole sentido y utilidad.
Según lo anterior, es necesaria la implementación
de algunas estrategias metodológicas con las que se logre dejar de centrar la
atención en el docente como fuente de información, sino que se enfoquen hacia
el desarrollo de competencias activas e indagatorias, por parte del estudiante.
Sobre todo es importante que los y las estudiantes logren darle sentido a los
aprendizajes, y de esta manera vean la utilidad y la rapidez real de lo que se
aprende en el aula. De ahí, la importancia por seguir algunos consejos prácticos
durante el desenvolvimiento de la práctica pedagógica, tomando como punto de
partida básicamente dos aspectos. Primeramente, la sensibilización y capacitación
de docentes, hacia la búsqueda de una consideración de las necesidades de sus
estudiantes, en segundo lugar, las alianzas a la comunidad educativa, familia,
profesores y estudiantes para que el proceso sea tentador y atractivo.
Algunas
medidas podrían ser la integración de aprendizajes a través de la visión interdisciplinar
del currículo, la realización de proyectos y reflexión a nivel de las necesidades
sociales, para propiciar un interés por el medio, la individualización y
respuesta a la diversidad, para crear oportunidades para todos y según sus
intereses, el aprendizaje como fruto de
la construcción de cada estudiante, siendo este el protagonista de su formación,
se deben enfocar actividades que logren éxito
para considerar aspectos emocionales y para fortalecer la autoestima, planificar
desempeños desde la práctica y por descubrimiento, con una apertura del
contexto, aplicación de resolución de
problemas y estudios de caso para encontrarle sentido al proceso, desarrollar proyectos reales y de interés con
aplicabilidad a la vida cotidiana, uso
de tecnologías, convivencias, clima de
confianza, interacciones , respecto y afrontamiento de conflictos cognitivos.
Cuando se logre que los involucrados en el
proceso de enseñanza, vinculen la realidad con la enseñanza, se logrará motivar
generando interés y amor por lo que se aprende. Sin embargo se debe tener claro
un principio, lo que se enseña debe
perseguir firmemente el objetivo de lo que se aprende, contando con las
posibles limitaciones por enfrentar. Enseñar en cantidad no es precisamente ese
objetivo planteado sino educar para comprender la realidad, con niveles de
calidad…